El post de la semana pasada me trajo varias opiniones encontradas, todas justificables y respetables.
Me tildan de ingenuo, y tal vez lo sea. Pero prefiero ser llamado un ingenuo soñador si con esos adjetivos consigo traer su atención y les doy un minuto, un espacio, un respiro, un instante de esperanza.
Insisto en que los medios de comunicación, en una actitud responsable, deberían de ser conscientes del impacto que causan al transmitir sus noticias. No niego que es justo saber que hubo una balacera al sur de la ciudad y también que cierta cantidad de personas fueron ejecutadas en Tamaulipas, esto con el afán de estar al tanto de las atrocidades que pueden ser desencadenadas por esta guerra en la que todos estamos inmersos, pero... ¿Sabían ustedes que desde la semana pasada los mexicanos comunes y corrientes ya podemos invertir en CETES desde $100.00 m.n.? ¿O que México recupero la categoría uno en seguridad aérea? ¿Escucharon que este año se generaron casi un millón de empleos en el país?
Continúen llamándome ingenuo, iluso y soñador pero al menos yo mantengo la esperanza de ayudar de alguna manera a mi país, sin quejas, reproches o querer martirizarme.
Señores, todo es cuestión de actitud.
Ustedes son el reflejo de lo que leen, ven y escuchan.
No vengo a tapar el sol con un dedo, sé que hay balas y granadas en el aire y que muchos han tenido perdidas irremplazables, pero también quiero decirles que este panorama no es del todo gris.
Debemos de buscar un respiro por cuenta propia ya que si abogamos a los grandes medios de comunicación solo encontraremos sangre, no porque sea lo único que existe, sino porque es lo más vende.
Mexicanos del 2010, HAGAMOS LA DIFERENCIA.
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